La ciudad de Tiajin, la cuarta con más población de China es la entrada al mar de Pekín, de hecho el 90% de sus exportaciones marítimas salen desde su puerto. Pero, a pesar de todo, el turismo internacional se resiste a visitarla. En 2014, sólo pisaron Tianjin oficialmente más o menos un centenar de españoles, pero no te dejes engañar por esta cifra, ya que Tiajin bien merece una visita.
Como casi todas las grandes ciudades cuenta con su característica marca fluvial: el río Hai, desde el que se descubre una inmensa noria de 120 metros de altura construida sobre el río, es el Tianjin Eye que se ilumina cada noche y es la opción perfecta para quien quiera contemplar esta urbe a vista de pájaro, pero si lo que quieres es descubrirla desde un crucero, aquí te pasamos toda la información.
Como en otras ciudades el río marca la diferencia, y ofrece una panorámica llena de contrastes. Por un lado, arquitectura moderna y opulentas casas coloniales, por otro, la ciudad vieja, en su mayoría restaurada, a la que han sabido dar el toque adecuado para convertirla en un espacio muy atractivo para los turistas.
Tiajin puede presumir de tener el segundo puente más largo del mundo, El Gran Puente, con una longitud de 113,7 kilómetros. La construcción del puente comenzó en 2008 y se abrió en junio de 2011, funciona como parte de la línea de alta velocidad Pekín-Shanghai y la línea interurbana Pekín-Tianjin. Pero hay más puentes cargados de historia y peculiaridades, y hay cruceros, que duran hasta un día completo que recorren todos y cada uno de ellos.
Y si estás en Tiajin no puedes dejar de probar los probar los baozi, una exquisitez de la gastronomía china. Se trata de unos bollitos de pan chinos cocidos al vapor y rellenos habitualmente de cerdo, aunque también los hay con otro tipo de carnes y verduras. Lo más curioso es que uno puede atreverse a cocinar el suyo propio.