Una de las ventajas de un crucero fluvial, es que siempre estás cerca de tierra, lo que para los aprensivos está bien, porque puedes disfrutar de todas las ventajas de la navegación “desde cerca” y otra de las ventajas que yo le encuentro es que son de menor tamaño que los barcos de crucero marítimo, lo que los hace más accesibles y, yo diría humanos.
Un crucero fluvial es una buena forma de ver paisajes, estar lejos de la carretera y disfrutar de lo que se llama slow-travel. Pero no creas que estos viajes por las aguas interiores son aburridos o desfasados, para nada, en todos ellos preparan excursiones, y hay destinos tan remotos y asombrosos como un descenso por el Amazonas, Nilo, Rin, Sena, Volga, Misisipi, Yangtse, y muchos más…a continuación te cuento un poco más.
En general además de las visitas guiadas que te suelen preparar estos cruceros fluviales tienen un montón de actividades organizadas para la tarde noche, con la cosa buena, de que al estar casi siempre muy cerca del centro de la ciudad, sobre todo en Europa, estas incluyen espectáculos, teatros y cenas tradicionales.
Al igual que en cualquier crucero si decidieras quedarte en el barco y disfrutar de “la soledad” mientras todo el mundo hace excursiones a tierra hay actividades organizadas, las más comunes son yoga o tai-chi, juegos y libros a disposición de los pasajeros, talleres de manualidades, almuerzos y cenas temáticas con las recetas y la vestimenta de cada lugar que se visita.
Si tengo que recomendarte un crucero fluvial, saliendo un poco de los circuitos tradicionales del centro de Europa me gusta mucho el recorrido entre Moscú y San Petersburgo, o viceversa, siguiendo el curso de los ríos Volga, Svir y Nev, canales y los mayores lagos europeos, Onega y Ladoga.
Y cambiando por completo el chip, viajar en barco es una forma perfecta de descubrir el Amazonas, partiendo desde Iquitos. El itinerario comienza con una expedición a Quebrada de Tamishiyacu, y será el primer encuentro con la fauna y flora de este ecosistema. ¿te animas?