Un crucero por la Selva Negra

selva negra

Alemania es uno de los destinos más atractivos del invierno. El encanto de sus ciudades, sus tradiciones y su cultura y, por supuesto, su gastronomía, invitan a descubrir este lugar, pero Alemania es también un perfecto destino para aquellos que buscan una rica naturaleza, en el sur del país se encuentra la Selva Negra, uno de los lugares con vegetación más densa de Europa, y un perfecto destino para  un crucero fluvial.

Un crucero fluvial por la Selva Negra es una opción interesante para quienes buscan un viaje que aúne gastronomía, arquitectura y naturaleza.

Crucero por la Selva Negra

La Selva Negra debe su nombre a la principal variedad de árboles que se encuentran en la zona, los abetos negros, que aportan un aspecto oscuro al paisaje, y que hacen que apenas penetre la luz en el interior del bosque. En la zona predominan las montañas, con un pico que alcanza los 1400 metros de altitud.

El principal río que recorre la Selva Negra es el Kinzig, que además funciona como frontera natural entre las dos regiones en las que se divide la selva, este río hace de medio para que el crucero por la Selva Negra sea posible. Además de ofrecer la visión de la vegetación de la zona, con las distintas variedades presentes en una y otra regiones, el río recorre algunas localidades pintorescas, como Friburgo, Freudenstadt, o Basilea.

Junto con la posibilidad de visitar la Selva Negra, se incluye el atractivo de su gastronomía, rica en sabores afrutados y de la que destaca la famosa tarta de la Selva Negra, que se puede acompañar por los exquisitos vinos alemanes.

Viajar en invierno

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