Si tienes la suerte de que tu crucero haga escala en la capital de Uruguay, Montevideo, no te quedes a bordo del barco o te perderás una de las ciudades con más encanto de Sudamérica cuna de importantes poetas y pintores que nos mostraron su luz.
Además el puerto se encuentra a escasos metros de la Ciudad Vieja, así que no tendrás que coger ningún transporte para llegar hasta el corazón de la ciudad. Este es lugar desde el que se fundó Montevideo en 1726, y punto ideal para comenzar su recorrido.
Montevideo se fundó a orillas del Río de la Plata para proteger la región de la invasión portuguesa, y desde sus orígenes la ciudad gozó de una posición comercial privilegiada.
Como te decía puedes comenzar tu visita por la Ciudad Vieja, con sus casas y las calles empedradas sus museos y galerías de arte, muchos de ellos gratuitos, y su ambiente bohemio con agradables cafés. El principal punto de interés de esta zona de la ciudad es el Mercado del Puerto, en el que no se te ocurra pedir pescado, y en el que podrás degustar la auténtica carne uruguaya hecha a leña.
Después podrás pasear por sus plazas, la del Cabildo, Zabala, hasta llegar a Puerta de la Ciudadela, por la que saldrás a una ciudad más cosmopolita y moderna con su amplia Plaza de la Independencia. Esta plaza conmemora la constitución de Uruguay como una nación soberana y en su centro se alza una estatua y mausoleo de José Artigas.
A partir de ella se abre una amplia avenida, avenida 18 de Julio, hasta la Intendencia, Ayuntamiento, con numerosos comercios en los que adquirir cuero y artesanías típicas del Uruguay, de hecho encontrarás más de un mercado de artesano. Y un consejo, si puedes pasear y el viento te deja, hazlo pausadamente por Montevideo, casi ninguna otra gran ciudad de Latinoamérica te lo permitirá.
Como en otras ciudades existe un servicio de bus turístico que te hará todo un recorrido por esta hermosa capital, y además seguro que tu naviera te propone interesantes excursiones a lugares cercanos.