Los nuevos barcos, los super megabuques con capacidad para más de 7.000 turistas y 2.000 tripulantes, tienen unos motores impresionantes. Ya te puedes imaginar lo que es mover 23 piscinas, 20 restaurantes, toboganes gigantes, casino, teatro…son unas 200.000 toneladas con un consumo en sus motores de media unos 110.000 litros diarios del combustible diésel “más contaminante” del mundo.
Pero de qué estoy hablando cuando te digo el diésel más contaminante…sigue leyendo y tendrás esta información.
Según wikipedia existen dos grandes grupos de diésel marino, que se utilizan tanto en la marina comercial como la militar. Los motores diésel marinos funcionan con gasóleo, aceite pesado combustible o, más recientemente, con gas natural licuado.
La orimulsión o el petróleo crudo extrapesado
Hasta finales del año 2006 se utilizó la orimulsión como combustible, a este combustible también se le llama petróleo crudo extrapesado. Simplemente, para dar una visión más global sobre qué es la orimulsión, algunas de las ventajas de ésta en comparación a otras fuentes energéticas son que contiene un valor calorífico comparable al del carbón fósil, después del gas, es el combustible más limpio, ya que expulsa bajas emisiones de CO2, y además es un combustible liquido que puede ser transportado fácilmente. En los nuevos motores se está introduciendo el Gas Natural Líquido.
Fuel Oil
Quienes se manifiestan en contra de los cruceros, atacan a este tipo de embarcaciones, porque en la mayoría de los casos se sigue utilizando fuel oil como combustible del motor. Este es un residuo del petróleo ultracontaminante (3.500 veces más que el diésel) pero muchísimo más barato. La realidad es que cuando una embarcación de las características que antes te señalaba entra en puerto el fuel oil se sustituye por otro tipo de combustible más refinado, pero aun así con un poder contaminante 100 veces más que el diésel normal. Lo cierto es que el fuel oil es un combustible que está prohibido utilizarlo en motores en tierra, ya que está considerado un residuo peligroso y el tratamiento de sus residuos es altamente costoso.
Inversión en nuevos combustibles
Ante este problema las navieras se están adaptando a las críticas de la sociedad e invirtiendo en investigaciones que permitan cambiar el tipo de combustible. en este momento la alterativa menos contaminantes es el GNL, Gas Natural Licuado, que reduce en un 90% las emisiones de óxidos de nitrógeno y, aproximadamente, un 24% las de CO2.
Pero la transición de diesel marino a GNL no es sencilla, no se da de un día para otro, hay que cambiar la infraestructura en los barcos que ya están navegando y eso requiere inversión. Aparte los nuevos barcos se tienen que diseñar de manera diferente, la infraestructura tiene que cambiar. Y luego está la capacitación del personal, los ingenieros e ingenieras tienen que estar preparados para para manejar ese tipo de combustible, y lo más importante, y no es menor, el combustible tiene que estar disponible en los puertos para poder repostar. No sirve de nada que todo esté listo y luego no se tenga acceso al combustible desde tierra.
El Costa Esmeralda, que se botará en octubre de 2019, será el primer barco accionado por completo por GNL. El nuevo barco de Costa Cruceros pesará más de 180.000 toneladas brutas y ella se han diseñado 2.600 camarotes para 6.600 turistas. Los pasajes de su viaje inaugural ya están a la venta, el crucero “inaugural” zarpa de Hamburgo, y hace escala en las ciudades de Rotterdam, Lisboa, Barcelona y Marsella, desde donde se dirigirá a Savona. La noche del 3 de noviembre se hará una grandísima fiesta en la ciudad italiana. A partir de esta noche de bautizo, el Costa Smeralda permanecerá en el Mediterráneo.
Año 2020, el año del desafío ecológico
La Organización Marítima Internacional (IMO) ha puesto el año 2020 como fecha límite para que las navieras, cumplan con la obligación legal de usar combustibles con menos contenido de azufre.
El actual límite de emisión es de 3.50 m/m y el nuevo límite global será 0.50 m/m.
Esta importante reducción en la emisión de azufre será un gran impacto positivo tanto en el medioambiente como en la salud de las personas que viven en las ciudades portuarias y en las zonas costeras.
Pero este desafío no sólo hay que plasmarlo en las máquinas y motores de los grandes buques, además las navieras están poniendo en marcha políticas para conservar recursos, energía, agua, reciclar, educar a sus tripulaciones e invitar a los cruceristas a tener experiencias más ecológicas, de manera que podamos seguir disfrutando de los cruceros y de los oceános.