Más allá de la fama de Ibiza, de su marcha y de sus noches incontroladas, Eivissa por su nombre en catalán es una isla rica en historia y arte, de hecho, las murallas de su capital, son del siglo XVI y son únicas.
Si tu barco hace escala de un día hay varias cosas que no te puedes perder y es que la isla está repleta de posibilidades con parques naturales, pueblos tradicionales, deliciosos platos típicos, monumentos, plazas con encanto y ¡cómo no, las que dicen son las mejores puestas de sol del Mediterráneo!
Si viajas en Costa Crucero, una de las navieras que hace escala en la isla, te propondrán excursiones muy variadas, para todos los gustos y todos los bolsillos. Y si quieres ir por tu cuenta, comentarte que desde la terminal del puerto hay un barquito que te lleva al centro. Puedes comprar el billete de ida y vuelta. Me parece interesante la opción que da Costa Cruceros para recorrer la ciudad en bici, alquilas la bici desde el barco y te proponen la ruta a seguir.
Luego encontré una empresa local que propone un itinerario por la isla diseñado especialmente para cruceristas. Sus visitas son a Vedrà, Les Platges de Compte, una pequeña y bella playa desde donde se ven los islotes de Sa Conillera e Illa de Bosc. Luego se llega a Santa Gertrudis de Fruitera, un pueblo precioso en el centro geográfico de Ibiza, con visita a su iglesia y al centro peatonizado, repleto de bares, restaurantes y terrazas. Ya más de tarde se centran en la ciudad de Ibiza, para hacer una parada en La Marina, recorriendo sus callejuelas repletas de mercadillos, para ir hacia el casco antiguo, también llamada Dalt Vila, declarada Patrimonio de la Humanidad. Para finalizar proponen ascender la calle Sa Carrosa para admirar una hermosa panorámica de Ibiza, de toda su bahía y de Formentera desde el mirador del Baluarte de Santa Lucía. Y de regreso al puerto.
Sea como sea que decidas pasar tu escala en Ibiza, una cosa está clara: querrás volver.